Cuando un árbol joven es herido, crece alrededor de esa herida. A medida que el árbol se desarrolla, la herida se vuelve relativamente pequeña en proporción al tamaño del árbol. Los nudos retorcidos y las ramas deformadas nos hablan de lesiones y obstáculos que encontró en el pasado y que superó. El modo en que el árbol crece alrededor de su pasado contribuye a su exquisita individualidad, a su carácter y a su belleza.

    PETER A. LEVINE